Acuerdo comercial entre Trump y Japón agita a la industria automotriz estadounidense
Trump cierra acuerdo comercial con Japón que despierta controversia entre las automotrices de Detroit
El reciente acuerdo comercial anunciado por la administración Trump con Japón busca reducir los aranceles a los vehículos importados desde ese país al 15%, un cambio significativo frente al 25% que estaba vigente anteriormente. Esta iniciativa forma parte de un marco más amplio para abrir mercados, impulsar la inversión y equilibrar la balanza comercial entre ambos países.
Según la Casa Blanca, Japón se compromete a eliminar regulaciones que han dificultado la venta de autos estadounidenses en su mercado, facilitando que vehículos fabricados en Detroit se exporten directamente y estén listos para su venta en el país asiático. Además, Japón invertiría unos 550,000 millones de dólares en proyectos dentro de Estados Unidos, lo cual se espera genere cientos de miles de empleos.
Reacción negativa de las grandes automotrices estadounidenses
A pesar del optimismo oficial, las principales automotrices estadounidenses —General Motors, Ford y Stellantis— han expresado un fuerte rechazo al acuerdo. Según sus representantes, al reducirse el arancel a los autos japoneses al 15% se crea una desventaja injusta respecto a los vehículos fabricados en México y Canadá que usan gran cantidad de partes estadounidenses pero que todavía enfrentan un arancel base del 25%.
Las compañías argumentan que este trato favorece excesivamente a las importaciones japonesas en detrimento de la producción estadounidense y de los autos ensamblados en Norteamérica, poniendo en riesgo puestos de trabajo y la competitividad de la industria local.
Escepticismo sobre las oportunidades en el mercado japonés
Expertos también señalan que, aunque se permita la entrada más fácil de vehículos estadounidenses a Japón, la cuota de mercado extranjera en ese país es muy limitada, alrededor del 6%, dificultando la posibilidad de una penetración significativa. Modelos como Toyota 4Runner, Mazda CX-5 y Subaru Forester destacan como excepciones que han encontrado nichos de mercado, pero la mayoría de las importaciones atienden segmentos demasiado pequeños para justificar una producción local en EE.UU.
Impactos en la industria y las relaciones comerciales
El acuerdo ha tenido un efecto inmediato en la economía japonesa, con un repunte en las acciones de sus automotrices, incluyendo un aumento del 14% en las acciones de Toyota. Sin embargo, para la industria estadounidense y sus trabajadores, la medida genera inquietud por su impacto en la rivalidad entre fabricantes y en la estructura de costos en la región de América del Norte.
Se anticipa que las negociaciones entre Estados Unidos, Canadá y México continuarán para ajustar aranceles y condiciones, aunque sin una urgencia destacada por parte de los gobiernos involucrados, en un contexto marcado por debates sobre protección industrial y comercio justo.