BMW: Una apuesta por la diversidad tecnológica en el futuro automotriz
BMW y el motor de combustión: la base y el futuro de la marca
BMW mantiene una postura firme respecto al motor de combustión, considerándolo no solo como la base histórica de la compañía, sino también como un pilar clave para financiar su futuro. A diferencia de muchos fabricantes que han marcado fechas para dejar atrás esta tecnología, BMW apuesta por su continuidad, adaptándola a las normativas más estrictas y combinándola con avances en combustibles alternativos y tecnologías híbridas.
La planta de Steyr y el desarrollo continuado de motores
En la planta de Steyr, Austria, BMW produjo 1,2 millones de motores en 2023, y tiene planes de seguir mejorando motores tradicionales, desde vehículos con tres hasta ocho cilindros, para cumplir con la normativa ambiental Euro 7. La marca apuesta tanto por motores de gasolina como por diésel, este último respaldado por el uso de combustibles alternativos como el HVO100, un biocombustible derivado de aceites vegetales que puede reducir las emisiones de CO2 hasta en un 90% en comparación con el diésel convencional, además de mejorar el arranque en frío y la resistencia a la contaminación.
El diésel y los combustibles sintéticos: una apuesta estratégica
BMW defiende que los coches eléctricos no son adecuados para todos los clientes, especialmente para quienes necesitan recorrer largas distancias, remolcar o viven en regiones con infraestructura de carga limitada. Por eso, la compañía anuncia una renovación de sus motores diésel para 2025, integrando tecnologías avanzadas de postratamiento y combinaciones con hibridación ligera para aumentar la eficiencia y reducir al mínimo las emisiones. Esta estrategia busca mantener vigente el mercado para vehículos con motor de combustión mientras la electrificación avanza y las políticas medioambientales se endurecen.
La electrificación y el hidrógeno como complementos, no sustitutos
BMW también se prepara para un futuro eléctrico y apuesta de forma decidida por el hidrógeno. Espera lanzar en 2028 su primer vehículo de serie con pila de combustible de hidrógeno, desarrollado en colaboración con Toyota. La movilidad con hidrógeno se considera la última pieza del rompecabezas de la electrificación, especialmente para vehículos comerciales y de pasajeros, incorporando una infraestructura de repostaje que facilite su adopción. Esta apuesta tecnológica complementa así la estrategia de combinar diferentes fuentes de propulsión para ofrecer opciones adaptadas a distintos usos y clientes.
Un futuro con diversidad tecnológica y el valor del motor de combustión
BMW prevé que para 2030 la mitad de sus ventas serán vehículos eléctricos o electrificados, pero sin abandonar la combustión. Según sus directivos, en 2027 se alcanzará un punto de equilibrio entre coches eléctricos y de gasolina en su oferta, manteniendo la opción para clientes que valoran el motor térmico. Además, se espera que el motor de combustión se convierta en un símbolo de lujo y exclusividad, con tecnologías concentradas en modelos de alta gama donde la experiencia de conducción y el rendimiento siguen siendo esenciales.
Innovación y arte: el motor de hidrógeno también inspira
Más allá de la ingeniería, BMW explora también el vínculo entre tecnología y cultura. Con su flota de vehículos propulsados por hidrógeno, la marca participa en eventos internacionales de arte, transformando sus coches en obras artísticas que simbolizan el espíritu pionero de la movilidad sostenible del futuro. Este enfoque integra la innovación técnica con una visión creativa y cultural, reforzando la identidad y propuesta de valor de BMW.