Trump amenaza con arancel del 100% a juguetes de Mattel ante posible traslado de producción
Trump amenaza con un arancel del 100% a Mattel, fabricante de Hot Wheels
En medio de la escalada arancelaria entre Estados Unidos y China, el expresidente Donald Trump ha lanzado una advertencia directa a Mattel, la reconocida compañía fabricante de juguetes como Barbie, Hot Wheels y American Girl. Trump amenazó con imponer un arancel del 100% sobre los productos de Mattel si la empresa decidía trasladar su producción a países distintos a Estados Unidos.
Contexto del conflicto arancelario
En abril de 2025, la administración de Trump implementó un arancel del 145% sobre las importaciones chinas, afectando a numerosas compañías que dependen en gran medida de la producción en China. Mattel genera cerca del 40% de sus productos en ese país, por lo que se ha visto obligada a enfrentar un aumento en los costos de fabricación.
Frente a estos aranceles, Mattel anunció un aumento en los precios de sus juguetes en Estados Unidos. En una reciente conferencia, los ejecutivos de la empresa confirmaron sus planes para reubicar aproximadamente 500 productos a otros países con aranceles más bajos, aunque descartaron la posibilidad de regresar la manufactura a Estados Unidos debido a los costos elevados.
Declaraciones de Donald Trump sobre Mattel
El 8 de mayo, Trump expresó que, si Mattel optaba por mover su producción a un país distinto a Estados Unidos, impondría un arancel del 100% a sus juguetes. Comentó con firmeza que esta medida dejaría a Mattel sin posibilidad de vender en el mercado estadounidense, que es su más grande fuente de ingresos.
El argumento de Trump se enmarca en su promesa de impulsar la manufactura nacional y crear una "edad dorada" para la producción estadounidense mediante la aplicación de aranceles para atraer a las empresas a regresar al país.
Reacción y estrategia de Mattel frente a la situación
Ynon Kriez, presidente y CEO de Mattel, ha declarado que el traslado de producción a otros países permite a la empresa ofrecer precios más accesibles para los consumidores en Estados Unidos, evitando los mayores costos que implicaría fabricar localmente bajo la actual política arancelaria.
La empresa se encuentra en un delicado equilibrio entre cumplir con las presiones políticas y mantener su competitividad en el mercado global, ajustando sus cadenas de suministro para minimizar el impacto en los precios que pagan los clientes.