El fraude del cambio de kilometraje: riesgos y cómo protegerse

El fraude del cambio de kilometraje: riesgos y cómo protegerse

Un vistazo al fraude del cambio de kilometraje en vehículos usados



En el apasionante mundo de la automoción, la manipulación ilegal del kilometraje de un coche usado es un tema que sigue generando preocupación y controversia. Cambiar el número real de kilómetros que ha recorrido un vehículo es una práctica fraudulenta que busca incrementar su valor de reventa, engañando a compradores desprevenidos.



¿Por qué algunos mecánicos alteran el odómetro?



Detrás de esta manipulación se encuentra un incentivo económico claro: un coche con menos kilómetros aparentes suele valer mucho más en el mercado. Algunos talleres o mecánicos poco éticos ofrecen este “servicio” como un atajo para aumentar el precio de venta de un vehículo, camuflando el desgaste y posibles problemas mecánicos que se presentan con el uso extendido.



¿Cómo se realiza el cambio de kilometraje?



La técnica más común consiste en alterar el odómetro digital o analógico. En vehículos modernos con odómetros digitales, existen herramientas especializadas que pueden recalibrar los datos almacenados en la unidad de control. En coches antiguos, el sistema analógico puede ser físicamente manipulado para restablecer el contador de kilómetros a valores inferiores.



Señales de alerta ante un posible fraude



  • Diferencias visibles entre el estado general del coche y el kilometraje indicado. Por ejemplo, desgaste excesivo en pedales, volante o asientos que no corresponde con kilómetros bajos.
  • Facturas o registros de mantenimiento que no coinciden con el kilometraje actual del vehículo.
  • Revisar el historial del vehículo a través de bases de datos oficiales o informes de vehículos usados, donde las lecturas de kilometraje suelen estar registradas en inspecciones anteriores.


Consecuencias legales y riesgos para el comprador



Alterar el kilometraje de un vehículo no solo es ilegal en la mayoría de los países, sino que también pone en riesgo la seguridad del usuario. Al no reflejar fielmente el uso real del coche, la compra puede implicar un mayor desgaste no detectado, posibles fallos estructurales o mecánicos ocultos, e incluso un valor de reventa duramente afectado en el futuro.



¿Qué pueden hacer los compradores para evitar ser víctimas?



  • Solicitar una revisión completa del vehículo en un taller de confianza.
  • Comprobar el historial de mantenimiento y verificar las fechas y kilometrajes registrados.
  • Utilizar servicios de informes de vehículos usados que rastrean cambios y mantienen un registro seguro de los kilómetros reales.
  • Poner atención en las sensaciones al conducir; un coche con pocos kilómetros debería sentirse en óptimas condiciones.


El mercado de coches usados es vasto y atractivo, pero no está exento de trampas. Por ello, la información y la cautela son herramientas cruciales para que cada compra sea segura y transparente, evitando caer en el engaño del cambio fraudulento del kilometraje.



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